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La Fed, las tasas de interés y las crisis de los países emergentes -.Y Argentina…
ROMA- El aumento continuo de las tasas de interés por parte de la Fed, seguido de cerca por el BCE, está teniendo consecuencias catastróficas, especialmente en los países en desarrollo. Esto provocó la salida de capital de estos países y depreció sus monedas frente al dólar. La consecuencia obvia es el aumento de los precios de las materias primas, el costo de las importaciones, incluso de los bienes de subsistencia. Además, el enorme crecimiento del coste de la deuda les ha impedido hacer frente al pago de intereses.
Se añade una situación específica de China. Además de los efectos económicos de la pandemia, las sanciones impuestas a Pekín afectan no solo a China sino también a aquellos países conectados a su “cadena de suministro”. Las mercancías chinas que van al resto del mundo no se producen exclusivamente en China, sino sobre todo en los países asiáticos y africanos que forman parte de su cadena productiva.
El informe Perspectivas de la economía mundial de enero de 2023 del FMI estima que el 15 % de los países de bajos ingresos tienen problemas de endeudamiento, otro 45 % tiene un alto riesgo de incumplimiento y el 25 % de las economías de mercados emergentes también tienen un alto riesgo de problemas de endeudamiento.
El último informe del Banco Mundial señala que a finales de 2024 el PIB de los países emergentes y en desarrollo se mantendría un 6% por debajo del registrado antes de la pandemia. Para ellos se espera un largo período de crecientes deudas y poca inversión. El capital, de hecho, será absorbido por las economías avanzadas que a su vez se ven afectadas por las altas tasas de interés y las deudas. Para 37 países pobres la situación será mucho peor. En África subsahariana, se estima un aumento en la tasa de pobreza absoluta en el bienio 2023-4
El verdadero problema, especialmente para nosotros los occidentales, es que se toman iniciativas puramente geopolíticas ligadas a la seguridad y la fuerza militar, muchas veces sin evaluar las consecuencias económicas y sociales en otras partes del mundo. Los efectos repercuten en países geográficamente distantes pero luego repercuten en nuestro hogar.
Por lo general, cuando los gobiernos se ven obligados a recortar presupuestos, recortan el gasto social. Esto conduce a la inestabilidad política ya los levantamientos populares. A nivel mundial nos enfrentamos a situaciones peores que las vividas a principios de la primera década de este siglo, cuando la especulación alimentaria mezcló la inflación con la llamada “primavera árabe”.
Líbano, por ejemplo, se enfrenta a lo que el Banco Mundial ha descrito como “una de las crisis mundiales más graves desde mediados del siglo XIX”. Desde 2019, la moneda ha perdido el 98% de su valor. En Irak, han estallado protestas en Bagdad por el colapso del dinar, la moneda iraquí. En Egipto, el valor de la libra egipcia se ha reducido a la mitad en un año debido a la subida de los precios. El año pasado Sri Lanka,en medio del descontento social, entró en default por primera vez en su historia. Las autoridades elevaron hoy el precio de la electricidad en un 66% en un intento por asegurar un rescate del FMI. Pakistán se enfrenta a su peor crisis económica, con escasez de gas, cortes de energía y aumentos de precios. En Argentina, la inflación ha vuelto a alcanzar casi el 100% anual.
Las altas tasas y la inflación son una mezcla explosiva. Es emblemático el caso de Argentina, donde la tasa del banco central ha pasado del 35% hace un año al 75% hoy. En ese entonces, la pensión promedio era de $ 450 al mes, ahora es de $ 150. El aumento de la tasa de interés de la Fed también empujó al banco central de Brasil del 10,7% hace un año al 13,75% en la actualidad. En México, la tasa de interés casi se duplicó de 6% a 11.25%. La tasa de interés de Nigeria ha aumentado del 11,5% al 17,5%, la inflación es del 22%.
El mundo está pagando un precio muy alto. Las causas, en nuestra opinión, son la aquiescencia de la Fed frente a las finanzas agresivas, sus errores de evaluación y su falta de intervención. No es casualidad que, como con la ceguera demostrada en vísperas de la gran crisis financiera de 2008, hoy, hasta el último minuto, la Fed siguiera repitiendo que la inflación era “transitoria”. Todo es transitorio, pero el problema es la duración de la transición y sus consecuencias.
En Europa no hay que estar tranquilos. El BCE siempre ha demostrado su “extraordinaria independencia”, pero repitiendo unos meses después los mismos errores de la Fed. (articulo de:mario lettieri*paolo raimondi**\aise)
*ex Subsecretario de Economía **economista